Semanas atrás recibí un mensaje de texto mientras regresabamos de aquella ciudad que no me vio nacer, pero como ne tenía muy buena señal -ni ánimos para redactar- olvidé responderlo sino hasta unos días atrás. Como resultado, una llamada inmediata: me invitaban a formar parte de un proyecto que casi se declaraba muerto. El día del amigo con derechos comenzaba a gestarse entonces, de manera no tan espontánea, pero sí improvisada, como debe ser, por cierto.
Discutimos, tiramos ideas y finalmente se me encomendó la tarea de grabar unos videos alusivos a la fecha, contando historias graciosas, concisas y con remates sensacionales. Como me considero totalmente incapaz de contar historias graciosas, concisas y con remates sensacionales; propuse grabar entrevistas peatonales para: a- evitarme la tarea de pensar historias graciosas, concisas y con remates sensacionales; y b- ir generando, al menos en los entrevistados y apelando al boca en boca, la incertidumbre y la curiosidad de lo que se haría con esos videos. El punto b fue aceptado unánimemente por el binomio gestor, mas el punto a fue rechazado -aunque, afortunadamente, ellos ya tenían ideas o al menos las improvisaron al ver que a mi no se me ocurría ninguna-.
En un lapso de 72hs grabamos y editamos 5 videos, de los cuales sólo 4 resultaron presentables y entre estos, sólo 2 eran realmente buenos -no por la calidad técnica del mismo, sino por la ocurrencia y el carisma de los entrevistados-. De tales fallas me hago cargo; aunque, avergonzado del resultado de mi trabajo, solicite se omitiera mención alguna sobre mi colaboración como realizador y se me acreditara, sencillamente, como asesor creativo.
A pesar de mi inoperancia e inutilidad, la campaña resultó un éxito y he aquí mi mejor contribución a la causa:
De más está decir que ése era sólo el ending de cada video.
Para ver más y/o alistarse, no tienen que hacer más que clickear aquí:
Discutimos, tiramos ideas y finalmente se me encomendó la tarea de grabar unos videos alusivos a la fecha, contando historias graciosas, concisas y con remates sensacionales. Como me considero totalmente incapaz de contar historias graciosas, concisas y con remates sensacionales; propuse grabar entrevistas peatonales para: a- evitarme la tarea de pensar historias graciosas, concisas y con remates sensacionales; y b- ir generando, al menos en los entrevistados y apelando al boca en boca, la incertidumbre y la curiosidad de lo que se haría con esos videos. El punto b fue aceptado unánimemente por el binomio gestor, mas el punto a fue rechazado -aunque, afortunadamente, ellos ya tenían ideas o al menos las improvisaron al ver que a mi no se me ocurría ninguna-.
En un lapso de 72hs grabamos y editamos 5 videos, de los cuales sólo 4 resultaron presentables y entre estos, sólo 2 eran realmente buenos -no por la calidad técnica del mismo, sino por la ocurrencia y el carisma de los entrevistados-. De tales fallas me hago cargo; aunque, avergonzado del resultado de mi trabajo, solicite se omitiera mención alguna sobre mi colaboración como realizador y se me acreditara, sencillamente, como asesor creativo.
A pesar de mi inoperancia e inutilidad, la campaña resultó un éxito y he aquí mi mejor contribución a la causa:
De más está decir que ése era sólo el ending de cada video.
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