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Mostrando las entradas de noviembre, 2006

Deliración 283: Un tal Sutano - Parrafo 5

Lloraban los niños sin juguetes en esa plaza sin arena ni hamacas en la que Brascovich reposaba sentado sobre las ruinas de lo que alguna vez fuera un banco de piedras y cemento mientras relojeaba a unos tipos que hablaban en voz baja y que, cada tanto, le echaban una miradita a la bolsa marinera que él, Brascovich, tenía a sus pies. Se levantó, afirmó la bolsa a su espalda, manoteó unos trozos de banco de tamaño considerable y se avalanzó sobre los tipos quienes, a su vez, sacaron de entre sus sacos italianos unos garrotes que en otrora habían sido tres de las seis patas de una mesa de roble del palacio municipal y se trenzaron los cuatro, Brascovich y los tres tipos, en una trifulca que contó con pocos golpes y mucha sangre. Testigos de la masacre, los niños aprovecharon que los dos sobrevivientes permanecían inmóviles y semiconscientes, y les robaron la bolsa marinera a uno, el saco italiano al otro y todo lo que llevaban puesto los dos muertos que no resulto ser mucho, sólo unas piezas de bronce y un folleto de una escuela de conductores.


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Deliración 282: Un tal Sutano - Párrafo 3.-

Benito "Salomé" Brascovich era un tipo duro, pelado y de poca barba. En otras palabras, se tataba de un tipo lampiño, calvo y recio. Olía mal, tomaba poco y chupaba chupetines. Era grandote y gordo. Nadie nunca supo muy bien cómo se ganaba la vida, sólo se supo que un día cayó a lo de Sutano para reclamarle una deuda. La casa estaba llena de acreedores peleándose por los bienes. Brascovich sabía que como andaban las cosas, no convenía tener nada material encima. Muy pronto, gracias a la falta de liquidez con que Sutano había dejado al país y a otras potencias, el estado expropiaría propiedades privadas para canjearlas al exterior por comida. Las reservas a nivel mundial se habían vaciado y sólo existía una suerte de trueque desparejo. La otra opción era el arrebato y la única forma de defenderse era con palos y cascotes, ya que ni balas habían quedado.


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Deliración 281: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

59.-
Segundo ataque de los finaditos al rancho.

El rostro aterrorizado de Muniagorri cubierto por manos destrozadas que se afanan por arrancarle la piel.

PERALTA

Muniagorri!!!

El rostro aterrorizado de Peralta cubierto por manos destrozadas que se afanan por arrancarle la piel.
Plano cenital: Peralta y Muniagorri sumergidos en una mar de brazos semicarcomidos. Rápidamente desaparecen entre los cientos de muertos vivos que invaden la estancia.
Entonces se escucha el estallido de una escopeta. Luego otro. Finaditos volando en pedazos. Peralta y Muniagorri, cubiertos de sangre y con la ropa hecha jirones, comienzan a abrirse paso a los tiros y a los culatazos.
Muniagorri logra subirse a unos bultos.
Peralta se arrincona contra una pared cercana al fuego.
Muniagorri descubre que se quedo sin cartucho alguno, y comienza a buscar algo con que protegerse. Descubre una pala. Empieza a los palazos nomas.
Peralta, acorralado, tumba toda la estructura tipo parrillero con grill y Malenita al espiedo y el fuego se desparrama por todo el piso de la sala. Finaditos en llamas por doquier.
Muniagorri, entre palazo y palazo, descubre en una estantería unas cajas de municiones. Comienza a saltar entre bulto y bulto, entre mesa y mesa, para alcanzarlas.
Peralta trata de quitarse de encima a los finaditos en llamas pero son demasiados. Opta por meterse en la chimenea, todavía caliente por haber estado expuesta al fuego, y mientras se arrastra chimenea arriba se quema y tose y llora por el humo que lo ahoga.
Muniagorri pega un salto para alcanzar la estantería, pero los finaditos lo atajan en el aire. Sin embargo logra golpear la estantería haciendo volar a las cajas dispersando los cartuchos por el aire.
Peralta desesperado se arrastra chimenea arriba. Esta casi ahogado y el pasaje se hace cada vez mas estrecho. Entonces siente como un finadito en llamas se aferra a sus pies.
La puerta del sótano se abre y emerge Patricio, cubierto de sangre, y comienza a arrastrarse entre el quilombo de finaditos, mugre, sangre y las llamas.
Muniagorri, por su parte trata de zafarse de los finaditos a los palazos.
Entonces uno de los cartuchos estalla entre las llamas.
Estallido de finaditos.
EL finadito en llamas desgarra las piernas de peralta y le muerde los pies. Peralta chilla desesperado y trata de zafarse a las patadas, mientras trata de seguir arrastrándose por la chimenea.
Los cartuchos dispersos por el suelo estallan uno tras otro.
Finaditos y basura volando por doquier.
Muniagorri se afana por zafarse de unos finaditos y alcanzar un cartucho tirado a unos metros de distancia, en el fuego. Logra alcanzarlo. Sonríe con satisfacción. Entonces el cartucho explota en su mano. Muniagorri chilla del dolor y se mira desesperado y sorprendido lo que una vez fue su mano. Entonces un finadito se le cuelga a la espalda y le muerde el cuello. Desesperado, Muniagorri, lo golpea con su muñón. Un par de dedos todavía le cuelgan de la mano destrozada, y con cada golpe, el finadito trata de mordérselos, pero no llega.
Patricio lucha por arrastrarse entre el quilombo, tratando de esquivar los estallidos de los cartuchos y los pedazos de muertos vivos que tratan de atacarlo.
Peralta junta fuerzas y le da una patada con el talón en la cabeza del finadito en llamas. Este, por el golpe, pega el tarascón y le corta los dedos del pie que sujetaba. Peralta logra zafarse a los gritos y se escabulle chimenea arriba.
Muniagorri cae sobre unos bultos, y sobre una lona encuentra unos cartucho. Los agarra, carga desesperadamente la escopeta con una mano, se la apoya en el hombro, le mete el caño en la boca al finadito que le masticaba la oreja y dispara. La cabeza del finadito vuela por los aires. Muniagorri se vuelve, con el cuerpo del finadito como mochila y comienza a abrirse paso nuevamente a los escopetazos.
Peralta surge por el agujero de la chimenea tosiendo y llorando. Se echa agotado sobre el techo del rancho y trata de recuperar el aire.
Entonces una viga se parte.
Muniagorri levanta la vista y ve como el techo se le viene encima.
Peralta se levanta de un salto para evitar ser tragado por las llamas.
Muniagorri se vuelve hacia la ventana bloqueada y vuela los tablones de un disparo.
Peralta corre a toda velocidad tratando de no tropezar sobre el techo que se desmorona.
Muniagorri salta y cae fuera del rancho.
Peralta salta hacia un paraíso seco cercano. Se clava las ramas y se golpea contra el tronco. Cae al piso con un ruido seco “UFF”.
Muniagorri se levanta cansado y se vuelve, descubre entonces que todo el rancho esta en llamas y cayéndose a pedazos. Baja la vista y levanta una ceja sorprendido. Alza el brazo con la mano destrozada hasta tenerlo a la altura de los hombros. Una cabeza de un finadito esta masticando uno de sus dedos. Resignado la agarra de los pelos y pega el tirón. El finadito se queda con los dedos en la boca. Muniagorri ni se queja, sino que suelta la cabeza y cuando esta cayendo le pega una patada y la manda al medio del rancho.
Entonces escucha el grito de una voz humana a sus espaldas.

DOMINGUEZ
Zulema!!!!!!!

Domínguez corriendo desesperado directamente hacia el rancho.

DOMINGUEZ
Zulema!!!!!!!!!!!!!

Deja la caja de herramientas y su arma sobre el césped, y corre hacia el rancho en llamas, pasando al lado de Muniagorri sin notarlo casi.
Muniagorri descubre entonces, del otro lado, a Peralta bajo el paraiso. Avanza agotado y mutilado hacia el, todavía con el cuerpo del finadito como mochila.

DOMINGUEZ
Zulema!!!!!!! Zulema respóndame, Zulema!!!!!

Domínguez cae de rodillas llorando desesperado. Un par de finaditos emergen tambaleantes de las llamas.

MUNIAGORRI
Peralta?


PERALTA

Mmm.. Mu... niagorri?

Muniagorri levanta a Peralta y lo apoya contra el tronco del paraíso. Muniagorri se sienta a su lado. Se quedan mirando a Domínguez.

DOMINGUEZ
Hijos de puta!!!!!! Finaditos hijos de puta!!!!!

Domínguez agarra un tronco del piso y comienza a usarlo como garrote contra los finaditos. Estos caen, pero se vuelven a levantar. Son pocos y están destrozados y cubiertos de llamas.
Muniagorri le golpea el muslo a Peralta para llamarle la atención y señala con el muñón de su mano a Domínguez.

MUNIAGORRI

Este... este será... de los gringos, Peralta?


PERALTA

Sera...


MUNIAGORRI

Sera nomas...

Muniagorri levanta su escopeta y abre el caño. Vacio.
Baja la vista como cansado y resignado.
Entonces Peralta le golpea el muslo para llamarle la atención.
Muniagorri lo mira. Peralta mete la mano en el bolsillo y saca unos cartuchos. Se miran y empiezan a reírse.

DOMINGUEZ
Zulema!!

Domínguez a los palazos con los finaditos en llamas.

DOMINGUEZ
Zulema!!!!!!

Entonces uno de los finaditos estalla. Domínguez retrocede sorprendido.

PERALTA
Más... más para la izquierda Muniagorri...

Domínguez se vuelve y descubre a Peralta y a Muniagorri apuntándolo con la escopeta apoyada sobre las piernas.

MUNIAGORRI
Ahí, a ver?


DOMINGUEZ

No...

Las piernas de Domínguez estallan en pedazos. Domínguez cae de bruces chillando de dolor.
Peralta y Muniagorri se miran y se ríen satisfechos pero muertos de cansancio.
Los finaditos se abalanzan sobre el cuerpo de Domínguez y comienzan a desgarrarlo y a comérselo.
Peralta y Muniagorri, echados sobre el tronco del paraíso, miran el espectáculo satisfechos.
Entonces, una voz boba brota de la oscuridad.

MARTINCITO
Mama!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Peralta y Muniagorri se vuelven para descubrir a Martincito corriendo a toda velocidad hacia el rancho, cargando los bidones de nafta sobre un hombro y el machete en el otro.

DOMINGUEZ
Martin!!!!!!! Martin!!!!!!!!!!!!!!

Domínguez alza su mano carcomida hacia Martincito, implorando por ayuda. Martincito se choca a algunos de los finaditos, pero no detiene su carrera hacia el rancho.
Peralta y Muniagorri se apresuran a cargar otra vez la escopeta.

MARTINCITO
Mama!!!

DOMINGUEZ
Martin!!!


SEQUEIRA
Martin!!!

La voz de Sequeira retumba en la noche.
Martincito detiene su carrera y se vuelve.
Peralta y Muniagorri se paralizan y levantan su vista. Están pálidos y aterrados.
Sequeira se asoma al radio de luz que emana el rancho en llamas. En una mano, un bidón con nafta, en la otra, el paquete.

SEQUEIRA
Martin... vení para acá!!!


DOMINGUEZ

Sequeira!!! Sequeira ayúdeme!!!

Sequeira baja la vista hacia Domínguez.

PERALTA
(en voz baja)
Muniagorri... ahí esta Muniagorri...

Muniagorri esta completamente paralizado.

DOMINGUEZ
Sequeira!!! Por favor!!!


PERALTA

(en voz baja)
Ahí esta Muniagorri, dispárele... cargue y dispárele...

Muniagorri permanece inmóvil, mirando fijamente a Sequeira.
Sequeira levanta la vista de Domínguez desinteresado.

SEQUEIRA
Martin... vení...


MARTINCITO
Mama...


PERALTA

(en vos baja)
Aproveche que no nos vio, Muniagorri... dispárele... cargue y dispárele...

Muniagorri permanece inmóvil.

SEQUEIRA
Vení carajo!!!!


MARTINCITO

Mama!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Martincito se vuelve y desaparece entre las llamas.

SEQUEIRA
Martin!!!!!!


PERALTA

Cargue, carajo...

Peralta se apresura en quitarle la escopeta de las manos a Muniagorri y carga.
Clack.
Sequeira se vuelve sorprendido y descubre a Peralta apuntándolo con la escopeta, esforzándose por levantar el arma sin la ayuda de Muniagorri.
Peralta dispara.
Sequeira se cubre con los brazos como acto reflejo. Los perdigones hacen volar tierra a un metro de Sequeira.

PERALTA
Muniagorri!!!

Sequeira suelta el bidón y se desespera por buscar su revolver en el cinturón.

PERALTA

Ayúdeme Muniagorri!!!

Peralta dispara otra vez.
Sequeira vuelve a cubrirse con los brazos como acto reflejo.
Peralta falla.

PERALTA
Mierda...

Sequeira abre los ojos, descubre que esta ileso y mira hacia donde están Peralta y Muniagorri. Los descubre cansados, resignados y con el arma sin cargar.
Muniagorri se vuelve hacia Peralta.

MUNIAGORRI
Peralta...


PERALTA

Cagamos Muniagorri...

Sequeira sonríe y levanta su revolver. Se toma su tiempo para apuntar.

MUNIAGORRI
Peralta... soy puto, Peralta...

Peralta se vuelve hacia Muniagorri sorprendido.

MUNIAGORRI
Soy puto... me gusto...


SEQUEIRA

Putos de mierda...

Peralta y Muniagorri se vuelven hacia Sequeira.
Esta a pocos pasos de ellos, apuntándolos con su revolver. Sonríe.
Click.

SEQUEIRA
Ahora van a probar algo que les va a gustar...

Entonces el rancho estalla.
Negro absoluto.
Las ruinas del rancho, en llamas.
Cuerpos, maderas y porquerías desperdigadas por el campo

Deliración 280: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

58.-
EN LA SALA DEL RANCHO:
Muniagorri se seca las lágrimas.

MUNIAGORRI
Malparido... Puto, yo?

Corre la trabita de la puerta del sótano, y empuja.
Patricio queda atrapado entre la puerta y la pared.

MUNIAGORRI
Puto, yo???!!!

El cuerpo de García se alza frente a Muniagorri y levanta sus brazos hacia el.
Muniagorri grita asustado, levanta su escopeta y dispara.
El cuerpo de García sale expulsado hacia atrás, saltando la escalera.
Peralta se sobresalta y se incorpora.

PERALTA

Muniagorri?!

Detrás de Peralta se alzan dos finaditos que lo abrazan.
Peralta grita histéricamente.
Muniagorri se vuelve.
En la sala, todos los finaditos comienzan a despertar, por último uno se asoma en primer plano frente a Muniagorri.

MUNIAGORRI
Mierda...

Corte a:
Pantalla en negro absoluto, silencio.
Un grito comienza a cobrar intensidad.

MUNIAGORRI
Peralta!!!

Deliración 277: Un tal Sutano - Parrafo 1.-

La culpa de todo cayó sobre un tal Sutano, un tipo entrado en años que, sin perder el tiempo, se alzó a la mierda con la guita, la droga, los diamantes, los microfilms, las minas y los novios de todos. Puto, falopero, pederasta, violador, comunista, menemista, radical, sindicalista, mujeriego, vago, atorrante, ladrón, chanta, corrupto, asesino, mentiroso y estafador. El mundo entero lo buscaba, pero el tipo no aparecía.


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Deliración 273: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

52.-
EN LA SALA DEL RANCHO.
Peralta y Muniagorri se vuelven sobresaltados hacia la puerta del sótano.

PERALTA
Que mierda?


PATRICIO

(gangoso)
Peralta!!!

Muniagorri se vuelve hacia Peralta sorprendido, entonces Peralta se vuelve hacia Muniagorri y lo amenaza con la muñeca pepona.

PERALTA
Atrás!!!


MUNIAGORRI

Peralta...

Deliración 272: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

51.-
EN EL SOTANO.
Patricio acurrucado contra el rincón que forman la puerta y la pared, mira desesperado en todas direcciones.

PATRICIO
(gangoso)
Ay, no... virgen santísima, no, no, no...

Entonces uno de los peldaños de la escalera sobre la que está sentado Patricio estalla, y se asoma la mano destrozada de García.
Patricio chilla histéricamente de terror.

Deliración 271: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

50.-
EN LA SALA DEL RANCHO.
Muniagorri se levanta dejando libre a Peralta. Lo mira sorprendido de si mismo, sin comprender lo que acaba de hacer.
Peralta trata de recuperar el aliento.

PERALTA
Que... que? Está loco, Muniagorri!!! me quería matar...


MUNIAGORRI

Peralta... yo...

Muniagorri con los ojos llenos de lagrimas...

PERALTA
(amenazándolo con la muñeca pepona)
no, aléjese... esta loco...


MUNIAGORRI

No...

Deliración 269: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

48.-
EN LA SALA DEL RANCHO.

MUNIAGORRI
Puto?!!

Sopapo.
La silueta de Muniagorri sobre la de Peralta se recorta por la luz de fuego.
La mano de Peralta se arrastra por el suelo tanteando aquí y allá.

MUNIAGORRI
Puto?!!!!

Sopapo.
Peralta encuentra la muñeca pepona de Malenita, la sujeta y comienza a golpear a Muniagorri.
Entonces, entre el aparataje de Domínguez, se escucha un ruido mecánico como el de un reel de pesca, unos clac-clac, unos engranajes se vuelven locos, y un motorcito eléctrico se enciende sobre una batería acumuladora.
Muniagorri levanta la vista hacia el aparataje, sorprendido. Peralta continua golpeándolo con la muñeca.
Entonces el foquito comienza a entrar en incandescencia. Y se hace la luz.
La música vuelve a la normalidad.
Muniagorri baja la vista y descubre a Peralta, ahogado bajo sus manos.

MUNIAGORRI
Peralta?

Deliración 267: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

46.-
EN LA SALA DEL RANCHO:

PERALTA
Escuche... preste atención...


Muniagorri levanta la vista como buscando el origen de la música.

MUNIAGORRI
Que puta es eso?


Peralta se vuelve hacia Muniagorri con una sonrisa inmensa en el rostro.

SANDRO & PERALTA
El tiempo y el destino
Me han golpeado sin cesar.


Muniagorri se echa hacia atrás entre sorprendido y asustado por la abrupta reacción de Peralta.
Peralta por su parte comienza a actuar y a gesticular como haría Sandro.

SANDRO & PERALTA
Mas yo sigo adelante
Sin dejarme doblegar,

MUNIAGORRI
Por dios...

SANDRO & PERALTA
Pues no vale llorar,
Tampoco suplicar.
Hay que pensar
Que todo pasara.

PERALTA
Venga Muniagorri, venga dele...

MUNIAGORRI
No, que voy a andar cantando a Sandro yo?

PERALTA
Dele, venga, anímese...
(sumándose a la voz de Sandro)
Nos dejábamos ahogar.
(haciéndole señas a Muniagorri para que se arrime)
Mas todo ya paso,
El tiempo lo llevo,

SANDRO, PERALTA & MUNIAGORRI (por lo bajo)
Y aquí ya ves,
Estoy que rio igual, hey!


Peralta agarra a Muniagorri, y comienza a danzar y a cantar, girando, yendo y viniendo por la habitación. Grita y ríe a carcajadas.
Muniagorri, lo mira sorprendido y asustado, pero se deja llevar.

SANDRO & PERALTA
Al final,
La vida sigue igual, hey!
Al final,
La vida sigue igual, hey!


La alegría de Peralta y la música de Sandro es contagiosa, por lo que Muniagorri se prende en la fiesta.

SANDRO, PERALTA & MUNIAGORRI
Al final,
La vida sigue igual, hey!
Al final,
La vida sigue igual, hey!


Muniagorri cae exhausto sobre una silla junto al fuego, pero mira con una sonrisa a Peralta que sigue bailando, riendo y llorando de la alegría.

SANDRO & PERALTA
El vino, las mujeres,
La parranda y el amor
Son cosas que en la vida
Recompensan el dolor.


Muniagorri se ríe y baja la vista.

MUNIAGORRI
Je, estoy hecho un puto bárbaro...

SANDRO & PERALTA
Debemos sonreír,
Morirnos por vivir,
Y al final,
De que vale sufrir?

MUNIAGORRI
(para si mismo) Si, la verdad, de que vale sufrir... para que hacerse mala sangre... esto... esto le pudo pasar a cualquiera, la verdad... la cosa es que seguís vivo, Hipólito... al fin y al cabo Peralta tiene razón... la vida sigue igual... no te pudieron matar, Hipólito, no te pudieron matar... si, la vida sigue igual!!! que importa que te hayan roto en culo, eh? que importa, eh? Al fin y al cabo... no estuvo tan mal, no?


La expresión de Muniagorri cambia abruptamente.

MUNIAGORRI
(preocupado) No estuvo tan mal?


Levanta la vista hacia peralta, quien continua con su baile.

SANDRO & PERALTA
Y aquí ya ves,
Estoy que rio igual, hey!

MUNIAGORRI
No estuvo tan mal??

SANDRO & PERALTA
Al final,
La vida sigue igual, hey!

MUNIAGORRI
Me gusto?

SANDRO & PERALTA
Al final,
La vida sigue igual, hey!

MUNIAGORRI
Me gusto??!!!

SANDRO & PERALTA
Al final,
La vida sigue igual, hey!

MUNIAGORRI
No, no va a seguir igual...

SANDRO & PERALTA
Al final,
La vida sigue igual, hey!

MUNIAGORRI
No va a seguir igual... soy... (por lo bajo)puto?


Peralta cae exhausto en la silla frente a Muniagorri, rebosante de alegría. La música continúa de fondo. Peralta lo mira con una enorme sonrisa. Muniagorri lo mira ensimismado, asustado.

PERALTA
Y, Muniagorri?


Peralta toma una bocanada de aire para poder recuperarse y señala sobre sus hombros, hacia el improvisado equipo de música. Muniagorri, ensimismado todavía, sigue sus movimientos y sus señas con la mirada, pero sin prestar demasiada atención y con una expresión distante y asustada.

PERALTA
Dígame la verdad, le gusto, no?


Muniagorri abre los ojos y arquea las cejas a más no poder, sorprendido por la pregunta.

PERALTA
Si, reconózcamelo, le gusto...

MUNIAGORRI
Puto, yo???


Muniagorri voltea a Peralta de una trompada.

PERALTA
Uff.. Muniaghh...


Muniagorri se abalanza sobre Peralta y comienza a acogotarlo y a golpearlo contra el piso.

MUNIAGORRI
Puto, yo???!!!


La voz de Sandro junto con la música comienza a agravarse, se vuelve lenta.
Muniagorri no deja de golpear a Peralta.

MUNIAGORRI
Puto?!

Deliración 265: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

44.-
EN LA SALA DEL RANCHO:
Muniagorri se vuelve hacia el campo. Saca un cigarrillo y se lo coloca en la comisura de los labios.

MUNIAGORRI
Que se yo? Por ahí si le aflojo a la sal...

PERALTA
mmm...


Muniagorri, mira hacia el horizonte, le da una pitada al cigarrillo y se queda en silencio unos instantes.

MUNIAGORRI
Y se llevo el paquete nomas...


Entonces Muniagorri se larga a llorar histérica y convulsivamente.
Peralta se vuelve sorprendido.

MUNIAGORRI
Estoy gordo Peralta...


Peralta se acerca a consolarlo.

PERALTA
No, no... no diga eso Muniagorri...

MUNIAGORRI
Si, estoy gordo... gordo y feo... y viejo...

PERALTA
Muniagorri...

MUNIAGORRI
Y me rompieron el culo Peralta... me rompieron el culo...

PERALTA
No piense en eso Muniagorri... ya esta, ya paso... no piense mas en eso... acá... acá no paso nada Muniagorri...

MUNIAGORRI
Nada? Nada??? Dígale eso a mi culo Peralta... como lo engaño a el, eh? Cada vez que vaya a cagar me voy a acordar... y yo... y yo cago constantemente...

PERALTA
Muniagorri...

MUNIAGORRI
Me pica Peralta, me pica...

PERALTA
A mi también Muniagorri...

MUNIAGORRI
Como cosquillitas...

PERALTA
Como hormiguitas?

MUNIAGORRI
Hormiguitas?

PERALTA
O como pulguitas?

MUNIAGORRI
Pulguitas?

PERALTA
Pulguitas chiquititas?

MUNIAGORRI
Pulguitas chiquititas?

PEERALTA
Sii... pulguitas chiquititas... pulguita, pulguita, pulguita...


Peralta comienza a pellizcar a Muniagorri haciéndole cosquillas.
Muniagorri, moqueando, empieza a reír.

MUNIAGORRI
Pare Peralta...

PERALTA
Pulguita, pulguita...


Muniagorri se ríe a carcajadas.

PERALTA
Eso, Muniagorri, ríase... esta con vida, ríase... eso es lo importante... esta con vida... piense... piense...

MUNIAGORRI
En que?

PERALTA
En la Villanueva... piense en la Pata Villanueva...

MUNIAGORRI
Patita...

PERALTA
Eso Muniagorri, piense en la Pata Villanueva, en las cosas hermosas que tiene esta vida... aguante un cacho, mire...


Peralta empieza a girar el pedal de la bicicletita de la Malenita.
Zumbido eléctrico, estática.
Muniagorri se seca los ojos sorprendido.

Deliración 263: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

42.-
EN LA SALA DEL RANCHO.
Muniagorri cierra la puerta, y corre la trabita.

INSERT:
PATRICIO
(gangoso) no!!! No, Muniagorri!!!!


Muniagorri avanza por el rancho esquivando los cuerpos de los finaditos y de la Zulema.

INSERT:
PATRICIO
(gangoso) Peralta!!!


Muniagorri llega hasta la puerta del rancho. Mira hacia el campo. Todo tranquilo. Pacifico. Cuerpos semidestrozados de finaditos por doquier.

INSERT:
PATRICIO
(gangoso) Ábranme!!!


Muniagorri se vuelve hacia Peralta.

MUNIAGORRI
Que quilombo... no se puede caminar casi...

INSERT:
PATRICIO
(gangoso) Van a despertar en cualquier momento!!!

PEERALTA
mmm...

MUNIAGORRI
Ah, le decía... últimamente me están dando ganas de ir de cuerpo cada dos por tres... no se por que será... dentro de todo como bien... no me cuido, pero como bien...

PERALTA
Esta flaco Muniagorri...

MUNIAGORRI
Sabe Peralta? Tengo colesterol, tengo...

INSERT:
PATRICIO
(gangoso y cansado de gritar) los finaditos, po...

PERALTA
Colesterol?

MUNIAGORRI
Se...

PERALTA
Y que... se va a operar?

MUNIAGORRI
No... dieta me dijeron... se imagina? A esta altura de mi vida y haciendo dieta?

Deliración 262: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

41.-
EN EL SOTANO. Patricio comienza a trepar por las escaleras.

PATRICIO
(gangoso) Peralta!!!


INSERT: Peralta y Muniagorri se vuelven hacia la puerta del sótano.

PATRICIO
(gangoso) Muniagorri!!!


INSERT: Muniagorri se vuelve hacia Peralta, lo mira, alza las cejas y cabecea hacia la puerta del sótano.
Peralta mira a Muniagorri, se vuelve hacia la puerta del sótano, la observa, y después se vuelve nuevamente a Muniagorri. Hace una mueca y alza los hombros.
Muniagorri asiente, y le da una pitada a su pucho.

PATRICIO
(gangoso) Ganamos Peralta!!!


INSERT: Muniagorri se levanta y avanza hacia la puerta del sótano lentamente.
Peralta sigue revisando el aparataje de los inventos de Domínguez.

PATRICIO
(gangoso) Ganamos Muniagorri!!!


Muniagorri llega a la puerta del sótano. Su figura se recorta bajo el umbral.
Patricio arrastrándose a duras penas por la escalera. Levanta la vista, mira a Muniagorri y sonríe.

PATRICIO
(gangoso) somos libres Muniagorri... libres...


Muniagorri lo mira.
Patricio lo mira.
Muniagorri niega con la cabeza.

MUNIAGORRI
Tch, tch, tch... libres las pelotas... nosotros ganamos... vos te quedas acá...

PATRICIO
(gangoso) no...

Deliración 261: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

40.-
EN LA SALA DEL RANCHO.

MUNIAGORRI
Si, páseme uno Peralta...


Peralta le tira un atado. Muniagorri saca un cigarrillo, agarra un palito del fuego y lo prende.
Lo fuma.
Lo goza.

MUNIAGORRI
Ah... que increíble lo que relaja un pucho, no?

PERALTA
Está más tranquilo ahora, Muniagorri?

MUNIAGORRI
No, me dieron ganas de cagar nomas...

PERALTA
Otra vez?

Deliración 256: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

35.-
DENTRO DE LA HABITACIÓN DE MAMA TOTA.
La puerta.
Un disparo.
Un golpe fuerte, seco.
Mama tota mira boquiabierta hacia la puerta. Expectante.
Pasos en el pasillo.
Mama tota sigue con la vista la procedencia de los sonidos.
Respira pesadamente.
Don Bernardo mira con sus ojos ciegos.
La Malenita sonríe demencialmente.
Los pasos se detienen.
Murmullos.
Otra voz. Mas grave. Seca. Incomprensible.
Murmullos. Gritos de misericordia.
Nuevamente la voz grave.
Otro disparo.
Mama tota se sacude, asustada.
La puerta se abre lentamente, como si se hubiese abierto con el estruendo del disparo.
Don Bernardo se vuelve hacia mama tota, y nuevamente hacia la puerta.
La Malenita lanza una risita demencial.
Mama tota mira asustada hacia la puerta.
La puerta continúa abriéndose lentamente.
Don Bernardo mira hacia la puerta y hacia mama tota.
La puerta se abre completamente, unos pies chungueados asoman por el marco.
Mama tota mira aterrorizada.
Don Bernardo mira hacia la puerta, hacia mama tota y nuevamente hacia la puerta.

BERNARDO
Tota...?

Mama tota mira hacia la puerta.
Los pies, nada mas.
Mira a don Bernardo y a la Malenita. Se vuelve nuevamente hacia la puerta.

MAMA TOTA
Zu... Zulema?

Debajo de los pies comienza a formarse un gran charco de sangre que entra en la habitación.
Mama tota retrocede impresionada.
La Malenita ríe demencialmente.

MAMA TOTA
Dios mío...


VOZ

No...

Peralta y Muniagorri se asoman bajo el marco de la puerta.

MUNIAGORRI
Peralta y Muniagorri..

Mama tota empieza a gritar y a mover los brazos espasmódicamente.
Don Bernardo se mueve hacia la dinamita y prende la llama de su encendedor.
Malenita sonríe.
Peralta y Muniagorri entran en la habitación.
Muniagorri dispara.
Uno de los brazos de mama tota explota.
Malenita ríe desesperadamente.
Peralta dispara.
La pierna de Don Bernardo estalla. Cae arrodillado y levanta la cabeza.
Muniagorri dispara contra el ojo de la cámara.
Don Bernardo sale expulsado hacia atrás, su encendedor cae sobre la dinamita. Las mechas se encienden.
Mama tota grita.
Peralta y Muniagorri se tiran al piso.
El ssssssssss de las mechas encendidas.
Mama tota grita.
Peralta y Muniagorri se arrastran detrás de unos bultos. Se cubren las cabezas y cierran los ojos.
sssssssssssssssssss
Mama Tota grita.
sssssssssssssss
La Malenita sonríe demencialmente.
sssssssssss
La mecha llega a su final, la dinamita.
sssssss
Mamama tota cierra los ojo y grita.
ssss
La Malenita sonríe.
Sin embargo la dinamita no explota. Humo negro tan solo.
Peralta y Muniagorri abren los ojos.
Mama tota abre los ojos.
Silencio.
Malenita sonríe demencialmente.
Peralta y Muniagorri se miran. Comienzan a reírse.
Mama tota los mira.
Peralta y Muniagorri la miran y se cagan de risa.
Ella los ve en bolas y también empieza a reírse.
Malenita sonríe.
Peralta y Muniagorri cargan.
Mama tota deja de reírse.

MAMA TOTA
No...


PERALTA
Si...


MAMA TOTA


No, no...


MUNIAGORRI

Si, si...


MAMA TOTA

No!!!!!!!!!!!!!

Peralta y Muniagorri descargan sus escopetas.
Su estomago estalla como un globo relleno de sangre y tripas.
Peralta y Muniagorri quedan empapados en sangre.
Se miran.

MUNIAGORRI
Puta madre...? Gorda de mierda y la puta que te pario, carajo...

Malenita riendo se demencialmente corre hacia Peralta.
Peralta la ve, y antes que ella lo alcanza la derriba de un culatazo.
Malenita cae en el piso.
Muniagorri la ve y sin apresurarse le apunta.
Peralta lo detiene.

PERALTA
No...


MUNIAGORRI

Que qué?! Por que?


PERALTA
Tengo una idea

Deliración 255: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

34.-
El asedio.
DENTRO DEL RANCHO.
Los tablones ya podridos que cubren las ventanas estallan y unos brazos desgarrados se extienden hacia el ojo de la cámara.
Contraplano: García descarga su escopeta hacia el ojo de la cámara.
Los tablones estallan.
FUERA DEL RANCHO.
Un par de finaditos son volteados por el escopetazo.
DENTRO DEL RANCHO.
García avanza hacia la ventana y descarga otro cartucho sobre los finaditos. Estallido de sesos y tripas y sangre por doquier.
Matraca e Iriarte levantan la mesa y cubre la ventana.
Golpean a la puerta.
García carga. Llega Zulema y se arrima a García.
Matraca se corre y deja caer la mesa.
García y la Zulema descargan sus escopetas sobre los finaditos.
García se arrima a la ventana y dispara nuevamente.
Golpean a la puerta.
Los tablones de otra ventana estallan, permitiendo el ingreso de más finaditos.
La Zulema se vuelve hacia ellos y dispara.
Matraca comienza a disparar su rifle, repetidas veces. El finadito se acerca. Matraca dispara.
Golpean a la puerta.
El finadito se acerca. Matraca, sin balas, comienza a cargar. El finadito se acerca.
La Zulema se vuelve y descarga su escopeta.
El finadito cae hacia atrás.
García corre la mesa de la primera ventana y comienza a disparar.
Los finaditos estallan.
Iriarte sacude mazasos y dispara su revolver.
Golpean a la puerta.
La Zulema descarga su escopeta sobre el grupo de finaditos que tratan de entrar por la segunda ventana.
Matraca, con un tridente, empuja a los finaditos hacia fuera. Los ensarta y los empuja hacia atrás. Los finaditos extienden sus brazos hacia el. Matraca lucha por echarlos.
La Zulema lo aparta. Y empuja a los finaditos a escopetazos. Con cada descarga, los cuerpos de los finaditos son expulsados bruscamente hacia atrás.
Iriarte y Matraca agarran un chapón y tratan de tapar la ventana con el.
Golpean a la puerta.
García retrocede y carga. Cuando avanza hacia la ventana, la mesa que la cubría es sustraída por los finaditos. García se detiene sorprendido. Los finaditos comienzan a entrar por la ventana. García les dispara. Los finaditos retroceden.
Matraca, apoyado sobre el chapón trata de cargar su rifle. Iriarte sacude mazasos a diestra y siniestra. Se esfuerzan por mantenerse firme, ya que los finaditos golpean el chapón, y ya pos los costados, comienzan a aparecer las manos de los finaditos.
La Zulema se une a García. Disparan hacia la primera ventana.
Golpean a la puerta.
El chapón de Matraca comienza a doblarse, envolviéndolo. Los brazos de los finaditos tratan de agarrarlo. Matraca grita.
La Zulema y García se vuelven hacia matraca.
Entonces los finaditos extraen al chapón a través de la ventana y junto con el chapón, se lo llevan a Iriarte. Matraca se asoma por la ventana para tratar de sujetar a Iriarte y resbala.
La Zulema y García corren hacia la ventana mientras cargan sus escopetas.
Afuera se escuchan disparos y gritos. Iriarte trata de zafarse de los finaditos, pero estos le desgarran la piel y le arrancan trozos del cuerpo.
Matraca a los tiros y a los culatazos con los finaditos que lo rodean y le desgarran la ropa y la piel.
La Zulema y García junto a la ventana tratan de mirar por la ventana. Tratan de apuntar. Iriarte aulla del dolor al ser completamente desmembrado por los finaditos.
Entonces la puerta se zafa. Los finaditos entran al rancho.
Ellos se vuelven y disparan contra ellos.
García, corre y trata de cerrar la puerta con el peso de su cuerpo.
La Zulema carga.
Una mano sujeta uno de los pocos tablones que quedan en la ventana y lo rompe.
La Zulema se vuelve.
Matraca entra por la ventana todo desgarrado, ensangrentado y arruinado, aun tiene el rifle en su mano.
La Zulema y García se lo quedan mirando sorprendidos.
Un finadito trata de entrar por la ventana.
Matraca se vuelve. Arroja el rifle al suelo y busca un machete.
Comienza a trozar al pobre finadito.
Las manos y brazos que logran entrar por el espacio entre la puerta y el marco, desgarran el rostro de García. García grita mientras carga su escopeta.
La Zulema se acerca a García y dispara por la apertura de la puerta. Se retira a cargar.
García hace un paso hacia atrás, deja que se abra la puerta y comienza a disparar. Cuando ya descargo su escopeta aparece la Zulema. Ella descarga su escopeta también.
Matraca esta a las patadas y a los machetazos con los finaditos de las ventanas.
Ya algunos finaditos están dentro del rancho, la Zulema les dispara y carga rápidamente. Matraca a los machetazos. García dispara y carga lo más rápido posible.
García tropieza y cae de espaldas. Un finadito avanza apresurado sobre el. García agarra un tridente y clavándoselo en el pecho lo mantiene a raya mientras carga. El finadito de un manotazo rompe el tridente. García cierra el caño de la escopeta. Estallido. El Finadito sale expulsado hacia atrás.
Siguen los tiros, los machetazos y la cosha golda.
Al cabo de unos minutos, la sala del rancho es un regadío de cadáveres.
En un rincón, Matraca, Gracia y la Zulema, exhaustos, ensangrentados y desgarrados.

GARCIA
Puta che... se comieron a Iriarte...

ZULEMA
Mah, si era un viejo de mierda...

Matraca se levanta y comienza a sacarlos fuera del rancho. La Zulema hace lo mismo.
García se queda un rato tratando de recuperar el aire.
Instantes después los ayuda.
Matraca los saca y la Zulema empieza a trozarlos con los machetes.
García comienza a tapar las ventanas con tablones y cosas por el estilo.
Entonces comienzan los gritos.
Los tres se vuelven sorprendidos.
Vienen del sótano.

GARCIA

La comida...

Gritos de auxilio.
Matraca y la Zulema se arriman a la puerta y miran a García.

ZULEMA
Habrá entrado uno?

Gritos de auxilio, ruidos.
García se encamina hacia el pasillo.

ZULEMA
García?! Que hace?


GARCIA

No nos podemos quedar sin comida, Zulema... piense en eso...


MATRACA

Pero puede ser una trampa García, piense en eso?


GARCIA

García, si, pero puede que no... y no me voy a quedar sin comida por una duda...

Más gritos.
García se encamina por el pasillo.
Matraca y la Zulema entran al rancho lentamente.
Matraca junta su rifle.
García llega a la puerta del sótano.
Gritos, ruidos, golpes.
García se vuelve hacia matraca y la Zulema. Se miran.
García se vuelve y abre la puerta. Entra lentamente.
Esta bajo el umbral de la puerta. Avanza.
Resbala y cierra la puerta al tirar un manotazo para equilibrarse.
Un golpe seco y un disparo casi al mismo tiempo.
Matraca y la Zulema permanecen inmóviles.
Silencio. La puerta del sótano cerrada.
La Zulema avanza. Carga su escopeta.
Silencio.
Avanza por el pasillo.
Matraca en la sala carga su rifle.
La Zulema llega a la puerta del sótano.
Silencio.
Mira a matraca. El la mira, mira a la puerta y la vuelve a mirar a ella.
Ella empuja lentamente la puerta con el caño de su escopeta.
Silencio.
Abre la puerta, oscuridad absoluta. Tan solo se ve iluminada la escalera por la luz que entra por la puerta. En los últimos peldaños. Los pies de García. En la suela se percibe el enchastre de un sorete con yuyos.

ZULEMA
García?

El silencio es roto por un clic.
La Zulema alza la vista.
En la oscuridad, un estallido resplandeciente.
EL cuerpo de la Zulema atraviesa el pasillo y cae a los pies de matraca.

MATRACA
Mierda...

Matraca alza la vista.
Bajo el umbral de la puerta, Muniagorri en pelotas con la escopeta de García. Apunta. Dispara. Matraca se agacha y salta detrás de unos bultos. Dispara su rifle.
Muniagorri avanza, descarga la escopeta, sobre los bultos. Carga. Vuelve a disparar.
Peralta surge de la puerta del sótano y corre por el pasillo. Se tira detrás du unos bultos en la sala.
Matraca dispara.
Muniagorri se cubre detrás de otros bultos, dispara y carga, dispara y carga.
Peralta se arrastra hasta el cadáver de la Zulema.
Matraca dispara.
Muniagorri dispara.
Peralta se arrastra, llega al cuerpo y le quita el arma.
Entonces la Zulema se arroja sobre el y lo mira aterrada lanzando un grito ahogado. Pide ayuda. Peralta retrocede sorprendido, le patea la cara para alejarla y le vuela la cabeza. Y por las dudas dispara nuevamente.
Matraca y Muniagorri continúan con su disputa.
Peralta revisa los bolsillos de la Zulema y le quita unos cuantos cartuchos.
Matraca busca en el bolsillo de su camisa y saca solo una bala. Frunce el seño y hace una mueca.
Muniagorri dispara su escopeta. Abre el caño y quita los cartuchos.
Matraca carga. Se vuelve y ve que peralta y Muniagorri están ocupados uno buscando cartuchos, el otro tratando de cargar su escopeta.
Entonces sale de su escondite salta a Peralta, quien se cubre pensando que lo va a atacar, dispara a Muniagorri. Unas latas estallan sobre su cabeza. Matraca fallo.
Muniagorri apresurado trata de cerrar el caño, pero se le atasca.
Matraca desaparece por el pasillo.
Subjetiva de Matraca avanzando por el pasillo, cuando esta por llegar a la puerta de la habitación de Mama tota, se vuelve hacia la entrada del pasillo y ve a Muniagorri asomarse con su escopeta, apunta.
Matraca alzando los brazos pidiendo clemencia.

MATRACA
No, por favor... no...


MUNIAGORRI

Que no...?!