Estabas exactamente igual y sin embargo tan cambiada y yo tan cambiado y sin embargo tan igual que no pude evitar pensar en lo bien que te quedaba esa contadicción y lo mal que me quedaba a mí así que traté de cambiar y no pude y me descubrí en suspenso permanente sin tocar el piso con lo pies ni alzar vuelo definitivo simplemente así flotando haciendo nada cambiando sin cambiar temiendo volver a verte entre otras cosas temiendo tantas cosas siendo tan poco quejándome tratando sin tratar flotando así como si nada.
Vos habías ido a comprar bizcochitos. Me saludaste y te fuiste. Se ve que te aburriste.
Vos habías ido a comprar bizcochitos. Me saludaste y te fuiste. Se ve que te aburriste.
Matsuo
che... matias... historias de putos para cuando?
ResponderBorrarbueno, pero después no se quejen...
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