Ir al contenido principal

Deliración 32: Cabezón.-

Lo aterraba esa idea de una eternidad inevitable consigo mismo, pues que inevitable era esa frustración por ser ése, siempre ése y nadie más que ése por el resto de su vida sin siquiera sospechar que era otro, pero cuando uno es testarudo, no hay vuelta que darle.

Matsuo

Comentarios