Y te acompañé tantas veces a tomar esos colectivos que tardaban tanto y no llegaban nunca y esperábamos y las esperas se hacían eternas y maravillosas porque estábamos juntos porque estábamos solos y hacía frió y hacía calor y lloviznaba y soplaba el viento y nos mirábamos y nos reíamos empapados o transpirados o tiritando o con los ojos apenas abiertos para que no se nos meta toda esa tierra arremolinada y esperábamos y te acompañaba y deseaba que no lleguen nunca o que decidas quedarte pero siempre llegaban y te subías y te ibas y no me mirabas desde las ventanillas y yo me quedaba solo entre tanta gente en esas paradas desastrosas que no guarecían a nadie de la lluvia ni del viento ni del frió ni del calor ni tampoco impedían que te subas y te vayas y me dejes.
Matsuo
Ay, que triste.
ResponderBorrarviste...
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