Lo despertó durante la madrugada.
Otro de sus antojos.
Ya lo tenía podrido.
Se levantó, se vistió y partió.
Bajó las escaleras, salió a la calle y estornudó.
Se sopló los mocos con los dedos, se limpió con la manga y se fijó que nadie lo haya visto.
Efectivamente, no había nadie.
Hacia frío y andaba desabrigado. Continuó estornudando por un par de cuadras hasta que optó por putear en voz baja.
Llegó a la panadería, agarró un cascote y lo tiró contra la vidriera.
Salió corriendo, se metió en un callejón y trepó por una reja.
Pateó una ventana, camiseteó al viejo que se estaba levantando de la cama y le calzó dos bollos.
Saltó el tapial, pateó un perro y se perdió por calle Chaco.
Dobló la esquina, aminoró el paso y se metió en el edificio.
Llegó transpirado, se quitó la ropa y se metió en la cama.
_ Gashiash…_ dijo ella.
Lo abrazó, le besó debajo de la oreja y se durmió.
Él trató de dormir pero no pudo. Estornudó.
Todas las noches lo mismo. Puteó bien bajito.
Ella y sus antojos.
Otro de sus antojos.
Ya lo tenía podrido.
Se levantó, se vistió y partió.
Bajó las escaleras, salió a la calle y estornudó.
Se sopló los mocos con los dedos, se limpió con la manga y se fijó que nadie lo haya visto.
Efectivamente, no había nadie.
Hacia frío y andaba desabrigado. Continuó estornudando por un par de cuadras hasta que optó por putear en voz baja.
Llegó a la panadería, agarró un cascote y lo tiró contra la vidriera.
Salió corriendo, se metió en un callejón y trepó por una reja.
Pateó una ventana, camiseteó al viejo que se estaba levantando de la cama y le calzó dos bollos.
Saltó el tapial, pateó un perro y se perdió por calle Chaco.
Dobló la esquina, aminoró el paso y se metió en el edificio.
Llegó transpirado, se quitó la ropa y se metió en la cama.
_ Gashiash…_ dijo ella.
Lo abrazó, le besó debajo de la oreja y se durmió.
Él trató de dormir pero no pudo. Estornudó.
Todas las noches lo mismo. Puteó bien bajito.
Ella y sus antojos.
Matsuo
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