Se nota que lo que más le preocupaba era eso de la trascendencia ya que no hacía otra cosa más que buscar excusas para ser tenido en cuenta y recordado en las escasas reuniones a las que no asistía. Se posicionó entonces como ente altruista dejando de lado su vida con tal de ganarse un lotecito siquiera en la memoria de los otros, ese mismo resto que descubrió un día, tras la muerte del gestor, que podían hacer los trámites ellos mismos y que era mucho más fácil de lo que pensaban.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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