Deja el grabadorcito sobre el escritorio y presiona REC. El futuro interpelado baja la vista y frunce el ceño. El otro sonríe. "No se preocupe," dice, "ésa es la gran mentira de los periodistas; es sólo una costumbre, una formalidad si se quiere; no lo usamos para nada, si no nos acordamos de algo es porque no nos importa ni nos sirve para la nota y las citas textuales las inventamos nosotros mismos, así que..." y el interpelado sonríe ante la ocurrencia y piensa en lo bien que le vendría un Martini.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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