"Con el propósito de hacerlo cierto y sin que medie premura alguna que envicie mi enumerado, he de partir desde el comienzo, como siempre se me ha recomendado. La primera de mis mujeres muy fácilmente pasaría desapercibida en un coloquial recuento ordinario, ya que ni siquiera fue mía en términos de amores y noviazgos -sin embargo, si tal fuese requisito excluyente, ciertamente no habría listado alguno-, sino que manifestose, a edad muy temprana, como vecina fortuita en el edificio al que nuestros padres nos mudaron. Y compartimos juegos, y compartimos baños y apenas pocos años, pero, sin embargo, los suficientes como para definir de manera insospechada lo que sería el amor desde mi infancia. Te recuerdo varonil, poco femenina y novia de otro; hermosa, cariñosa y agresiva; divertida, compañera y atrevida; a mi lado y asexuados; peleándonos y amigándonos, como toda presunta pareja", pensaba.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
Comentarios
Publicar un comentario