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Deliración 177: Plic-plic.-

Perfilando hacia la cama, apuntando para el lado de la mesita de luz cubierta por tazas resecas, sin borras ni destino, disimulando la borrachera por presumido nomás, arrastrándose desastrosamente en puntas de pies, ciego y nublado, sin estar muy seguro de la casa en la que se encontraba ni de la persona que dormía acurrucada entre las gruesas frazadas de esa cama matrimonial, se halló de golpe, en un instante de lucidez que duró lo que tardara en parpadear y que sólo recordaría, días después, acostado en el suelo mojado de una celda común, a la espera de ser procesado.

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