"De ella tan sólo malos recuerdos: la fantasía de un culebrón complicado; mas, sin embargo, la charla y las horas y el nuevo ánimo, entendido como el coraje de animarse -sólo apenas y a duras penas-, amortizaron la locura de su pánico contagioso y el desprecio de mis días. Sín ella, a duras penas hubiese hablado, y es por eso, y a mi pesar, que le debo tanto", pensaba.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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