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Deliración 255: Peralta & Muniagorri contra lo muerto vivo...

34.-
El asedio.
DENTRO DEL RANCHO.
Los tablones ya podridos que cubren las ventanas estallan y unos brazos desgarrados se extienden hacia el ojo de la cámara.
Contraplano: García descarga su escopeta hacia el ojo de la cámara.
Los tablones estallan.
FUERA DEL RANCHO.
Un par de finaditos son volteados por el escopetazo.
DENTRO DEL RANCHO.
García avanza hacia la ventana y descarga otro cartucho sobre los finaditos. Estallido de sesos y tripas y sangre por doquier.
Matraca e Iriarte levantan la mesa y cubre la ventana.
Golpean a la puerta.
García carga. Llega Zulema y se arrima a García.
Matraca se corre y deja caer la mesa.
García y la Zulema descargan sus escopetas sobre los finaditos.
García se arrima a la ventana y dispara nuevamente.
Golpean a la puerta.
Los tablones de otra ventana estallan, permitiendo el ingreso de más finaditos.
La Zulema se vuelve hacia ellos y dispara.
Matraca comienza a disparar su rifle, repetidas veces. El finadito se acerca. Matraca dispara.
Golpean a la puerta.
El finadito se acerca. Matraca, sin balas, comienza a cargar. El finadito se acerca.
La Zulema se vuelve y descarga su escopeta.
El finadito cae hacia atrás.
García corre la mesa de la primera ventana y comienza a disparar.
Los finaditos estallan.
Iriarte sacude mazasos y dispara su revolver.
Golpean a la puerta.
La Zulema descarga su escopeta sobre el grupo de finaditos que tratan de entrar por la segunda ventana.
Matraca, con un tridente, empuja a los finaditos hacia fuera. Los ensarta y los empuja hacia atrás. Los finaditos extienden sus brazos hacia el. Matraca lucha por echarlos.
La Zulema lo aparta. Y empuja a los finaditos a escopetazos. Con cada descarga, los cuerpos de los finaditos son expulsados bruscamente hacia atrás.
Iriarte y Matraca agarran un chapón y tratan de tapar la ventana con el.
Golpean a la puerta.
García retrocede y carga. Cuando avanza hacia la ventana, la mesa que la cubría es sustraída por los finaditos. García se detiene sorprendido. Los finaditos comienzan a entrar por la ventana. García les dispara. Los finaditos retroceden.
Matraca, apoyado sobre el chapón trata de cargar su rifle. Iriarte sacude mazasos a diestra y siniestra. Se esfuerzan por mantenerse firme, ya que los finaditos golpean el chapón, y ya pos los costados, comienzan a aparecer las manos de los finaditos.
La Zulema se une a García. Disparan hacia la primera ventana.
Golpean a la puerta.
El chapón de Matraca comienza a doblarse, envolviéndolo. Los brazos de los finaditos tratan de agarrarlo. Matraca grita.
La Zulema y García se vuelven hacia matraca.
Entonces los finaditos extraen al chapón a través de la ventana y junto con el chapón, se lo llevan a Iriarte. Matraca se asoma por la ventana para tratar de sujetar a Iriarte y resbala.
La Zulema y García corren hacia la ventana mientras cargan sus escopetas.
Afuera se escuchan disparos y gritos. Iriarte trata de zafarse de los finaditos, pero estos le desgarran la piel y le arrancan trozos del cuerpo.
Matraca a los tiros y a los culatazos con los finaditos que lo rodean y le desgarran la ropa y la piel.
La Zulema y García junto a la ventana tratan de mirar por la ventana. Tratan de apuntar. Iriarte aulla del dolor al ser completamente desmembrado por los finaditos.
Entonces la puerta se zafa. Los finaditos entran al rancho.
Ellos se vuelven y disparan contra ellos.
García, corre y trata de cerrar la puerta con el peso de su cuerpo.
La Zulema carga.
Una mano sujeta uno de los pocos tablones que quedan en la ventana y lo rompe.
La Zulema se vuelve.
Matraca entra por la ventana todo desgarrado, ensangrentado y arruinado, aun tiene el rifle en su mano.
La Zulema y García se lo quedan mirando sorprendidos.
Un finadito trata de entrar por la ventana.
Matraca se vuelve. Arroja el rifle al suelo y busca un machete.
Comienza a trozar al pobre finadito.
Las manos y brazos que logran entrar por el espacio entre la puerta y el marco, desgarran el rostro de García. García grita mientras carga su escopeta.
La Zulema se acerca a García y dispara por la apertura de la puerta. Se retira a cargar.
García hace un paso hacia atrás, deja que se abra la puerta y comienza a disparar. Cuando ya descargo su escopeta aparece la Zulema. Ella descarga su escopeta también.
Matraca esta a las patadas y a los machetazos con los finaditos de las ventanas.
Ya algunos finaditos están dentro del rancho, la Zulema les dispara y carga rápidamente. Matraca a los machetazos. García dispara y carga lo más rápido posible.
García tropieza y cae de espaldas. Un finadito avanza apresurado sobre el. García agarra un tridente y clavándoselo en el pecho lo mantiene a raya mientras carga. El finadito de un manotazo rompe el tridente. García cierra el caño de la escopeta. Estallido. El Finadito sale expulsado hacia atrás.
Siguen los tiros, los machetazos y la cosha golda.
Al cabo de unos minutos, la sala del rancho es un regadío de cadáveres.
En un rincón, Matraca, Gracia y la Zulema, exhaustos, ensangrentados y desgarrados.

GARCIA
Puta che... se comieron a Iriarte...

ZULEMA
Mah, si era un viejo de mierda...

Matraca se levanta y comienza a sacarlos fuera del rancho. La Zulema hace lo mismo.
García se queda un rato tratando de recuperar el aire.
Instantes después los ayuda.
Matraca los saca y la Zulema empieza a trozarlos con los machetes.
García comienza a tapar las ventanas con tablones y cosas por el estilo.
Entonces comienzan los gritos.
Los tres se vuelven sorprendidos.
Vienen del sótano.

GARCIA

La comida...

Gritos de auxilio.
Matraca y la Zulema se arriman a la puerta y miran a García.

ZULEMA
Habrá entrado uno?

Gritos de auxilio, ruidos.
García se encamina hacia el pasillo.

ZULEMA
García?! Que hace?


GARCIA

No nos podemos quedar sin comida, Zulema... piense en eso...


MATRACA

Pero puede ser una trampa García, piense en eso?


GARCIA

García, si, pero puede que no... y no me voy a quedar sin comida por una duda...

Más gritos.
García se encamina por el pasillo.
Matraca y la Zulema entran al rancho lentamente.
Matraca junta su rifle.
García llega a la puerta del sótano.
Gritos, ruidos, golpes.
García se vuelve hacia matraca y la Zulema. Se miran.
García se vuelve y abre la puerta. Entra lentamente.
Esta bajo el umbral de la puerta. Avanza.
Resbala y cierra la puerta al tirar un manotazo para equilibrarse.
Un golpe seco y un disparo casi al mismo tiempo.
Matraca y la Zulema permanecen inmóviles.
Silencio. La puerta del sótano cerrada.
La Zulema avanza. Carga su escopeta.
Silencio.
Avanza por el pasillo.
Matraca en la sala carga su rifle.
La Zulema llega a la puerta del sótano.
Silencio.
Mira a matraca. El la mira, mira a la puerta y la vuelve a mirar a ella.
Ella empuja lentamente la puerta con el caño de su escopeta.
Silencio.
Abre la puerta, oscuridad absoluta. Tan solo se ve iluminada la escalera por la luz que entra por la puerta. En los últimos peldaños. Los pies de García. En la suela se percibe el enchastre de un sorete con yuyos.

ZULEMA
García?

El silencio es roto por un clic.
La Zulema alza la vista.
En la oscuridad, un estallido resplandeciente.
EL cuerpo de la Zulema atraviesa el pasillo y cae a los pies de matraca.

MATRACA
Mierda...

Matraca alza la vista.
Bajo el umbral de la puerta, Muniagorri en pelotas con la escopeta de García. Apunta. Dispara. Matraca se agacha y salta detrás de unos bultos. Dispara su rifle.
Muniagorri avanza, descarga la escopeta, sobre los bultos. Carga. Vuelve a disparar.
Peralta surge de la puerta del sótano y corre por el pasillo. Se tira detrás du unos bultos en la sala.
Matraca dispara.
Muniagorri se cubre detrás de otros bultos, dispara y carga, dispara y carga.
Peralta se arrastra hasta el cadáver de la Zulema.
Matraca dispara.
Muniagorri dispara.
Peralta se arrastra, llega al cuerpo y le quita el arma.
Entonces la Zulema se arroja sobre el y lo mira aterrada lanzando un grito ahogado. Pide ayuda. Peralta retrocede sorprendido, le patea la cara para alejarla y le vuela la cabeza. Y por las dudas dispara nuevamente.
Matraca y Muniagorri continúan con su disputa.
Peralta revisa los bolsillos de la Zulema y le quita unos cuantos cartuchos.
Matraca busca en el bolsillo de su camisa y saca solo una bala. Frunce el seño y hace una mueca.
Muniagorri dispara su escopeta. Abre el caño y quita los cartuchos.
Matraca carga. Se vuelve y ve que peralta y Muniagorri están ocupados uno buscando cartuchos, el otro tratando de cargar su escopeta.
Entonces sale de su escondite salta a Peralta, quien se cubre pensando que lo va a atacar, dispara a Muniagorri. Unas latas estallan sobre su cabeza. Matraca fallo.
Muniagorri apresurado trata de cerrar el caño, pero se le atasca.
Matraca desaparece por el pasillo.
Subjetiva de Matraca avanzando por el pasillo, cuando esta por llegar a la puerta de la habitación de Mama tota, se vuelve hacia la entrada del pasillo y ve a Muniagorri asomarse con su escopeta, apunta.
Matraca alzando los brazos pidiendo clemencia.

MATRACA
No, por favor... no...


MUNIAGORRI

Que no...?!

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