47.-
EN EL SOTANO. Patricio abre los ojos. El foquito comienza a parpadear, la habitación se oscurece lentamente. A los pies de la escalera, García, con el cuello roto. Patricio lo mira y suspira. La habitación se cierne en tinieblas.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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