Ya ando sintiendo este infarto que nace en el estomago y repercute debajo de las muelas como una patada en la mandíbula, me cuesta estirar los dedos enrulados y mis labios se arremangan cortándome las encías... frente a mis ojos, una pared descascarada se me revela pura y su luz lo cubre todo y de pronto comprendo el terror de una sábana sobre el rostro.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
Comentarios
Publicar un comentario