Poco quedaba por decir... el amor se había acostumbrado a ver televisión desde la cama y a guardar silencio en la mesa, a compartir amistades ajenas y programar el resto de sus vidas sin presente. Dormían de la mano, sin sueños, como con miedo a perderse durante la noche. Necesitaban un cambio, pero las opciones les aterraban.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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