El gigante miraba su sombra pisoteada por medianos y confiaba que tal era su estatus por lo que caminaba cabizbajo, más bien agachado, avergonzado de su tamaño y cargando con la culpa de que le llamaran Alto. Sólo necesitaba alguien a quien admirar, pero no le quedaba otra que mirar hacia abajo.
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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