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Deliración 386: Las hormigas
Primera sesión 14

_ Y entonces renuncié, hace cuatro meses ya... y desde entonces que no escribo una sola palabra... y encima ahora mi mujer está embarazada...

Silencio. El enchufe, el cable, el zócalo enrulado y mis zapatillas sucias.

_ No sé..._ dije y de repente una hormiga se asomó entre dos maderas del parquet.

_ Pero usted sí sabe_ dijo con esa seguridad que les suele brindar la escuela lacaniana... aunque a veces pienso que en realidad ya estaba podrido. Se paró y me extendió la mano, un poco para saludarme y otro poco para cobrar.

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