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Deliración 428: Ricardo Rubén

A Ricardo le molestaba cada vez más el olor a caca y tabaco que quedaba en el dormitorio después de garchar con Rubén. 'El pedo cubano', lo llamaban, aunque ya no recordaba bien porqué. En un momento les había parecido gracioso; quizás por la inconsciencia de la borrochera, quizás por la histeria del galanteo. Abrió la ventana y se volvió hacia la cama. De repente quiso decirle 'andate, andate y dejame solo', pero no le salieron las palabras. Se fue al baño a llorar en la ducha, a Ricardo le hacía bien ese tipo de catarsis melodramáticas venezolanas; y después bajó al quiosco a comprar facturas.
Rubén se despertó al oler el café. Se calzó el pantalón pijama de Ricardo y fue a la cocina. De la tele se escuchaban los comentarios de una conductora de un programa de chimentos. 'Poné TN', dijo Rubén, sirviéndose una taza. Entonces se dio cuenta de que estaba solo.

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