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Deliración 450: Simple

Tenía ya dos semanas y estaba aprendiendo a sonreír con tantas ganas...

Nos miraba, nos descubría y le ponía paréntesis a sus labios (como brindándonos un extra de sí misma que tranquilamente habría podido ser omitido; pero que sabía, ya entonces, nos resulta valiosísimo).

Nota (3 meses más tarde):

Ahora, a la distancia (pues ellas siguen en Argentina) me reconoce por voz (y quizás por imagen y semenjanza) a través de videollamadas. Le cuento de mis días, y ella me responde con su sonrisa (tan honesta, sencilla y contundente), acurrucada en su almohada.

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