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Deliración 489: Yo que vos, me vuelvo 5

La policía insiste. Todos los días se lo llevan; lo pasan a buscar y lo montan al patrullero. Horas más tarde, lo traen; lo devuelven. Todo el pueblo lo observa cabizbajo en el asiento trasero, culpable. La policía insiste. Insiste en revivir ese momento. Simón ya no recuerda hechos, sino sus dichos. Impresiones aisladas, segmentadas. 'El sol era violeta', dice de pronto, y lo dice en ese otro idioma que todavía no domina. La policía calla. El silencio le llama la atención y alza la vista. Simón está solo en esa sala pequeña, sentado ante una mesa blanca, frente a un espejo empañado que cubre toda la pared. Descubre entonces que le ha crecido demasiado la barba en estos días.

 

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