"En el fondo", piensa Simón, "tengo miedo de que, esta vergüenza que siento, la sienta mi hija... Y no sólo vergüenza de mí, sino de ella misma." Simon alza la cabeza de la falda de Simón y mueve la cola. "¿Qué le dejo?", insiste Simón; "¿Qué impresión... le formo... de los hombres?" Simón y Simon están solos en la sala, uno sentado en el sofá y el otro en el piso. Mantienen silencio. Simón toma mate para no fumar... Simon sacude la mano de Simón con su hocico, reclamando caricias. Simón sonríe, Simon también. "¿Qué recuerdos le dejo? ¿Qué memoria preferirá mantener de mí?" El termo se manifiesta vacío... Simón levanta el moflete de Simon y le espía los dientes. "¿Qué podrá aprender de mí que no sean temores?" Simón piensa en clavar las uñas en las encías de Simon y arrancarle un colmillo... "¿Me querrá mucho, poco... nada?", y finalmente lo dice: "¿Me tendrá miedo?"
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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