“Si hay algo que lo caracteriza”, habría dicho el padre Rafael Alejandro Verdú, titular de la parroquia a la que concurría el sospechoso, “es que no le cuesta aprender nada… Pero la cabeza le funciona mal. Es como un televisor viejo; cada tanto hay que pegarle un sopapo para que se reajuste la imagen...”
"Bienvenido todo aquél que en calidad de tal permaneciere lejos; pues que de acercarse sería éste y no aquél, y como tal molestaría."
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