Manolo Dalma, el fiscal a cargo de la investigación, deja el informe sobre su escritorio. Pasa la mano sobre las gruesas carpetas que contienen todas las fotos y los reportes periciales. Kilos de papel, litros de tinta. Hace una mueca, suspira y alza la vista hacia Sergio Galván, el inspector adjunto.
_ Mire, Galván; todo bien con el taller de escritura que está haciendo, pero no le puedo mandar un informe confesional así al juez y usted lo sabe... Ya lo hablamos a esto...
Galván baja la vista un poco avergonzado y otro poco ofendido.
_ Bueno... es... es un borrador, digamos... El tipo ya firmó, pero...
Comienza a rumiar una disculpa, pero a medio camino se arrepiente y decide arriesgarse:
_ ¿Pero por lo menos le gustó?
Dalma resopla y mira para un costado, pedaleando con su pie derecho para calmar la ansiedad; aunque en realidad se trata de un gesto adquirido por la costumbre. Galván, de repente, anticipa una puteada; comienza a transpirar sus manos y se le seca la graganta. Sin embargo, Dalma lo sorprende con una sonrisa complice:
_ Sí, Galván..._ musita Dalma_ Me gustó mucho...
_ Mire, Galván; todo bien con el taller de escritura que está haciendo, pero no le puedo mandar un informe confesional así al juez y usted lo sabe... Ya lo hablamos a esto...
Galván baja la vista un poco avergonzado y otro poco ofendido.
_ Bueno... es... es un borrador, digamos... El tipo ya firmó, pero...
Comienza a rumiar una disculpa, pero a medio camino se arrepiente y decide arriesgarse:
_ ¿Pero por lo menos le gustó?
Dalma resopla y mira para un costado, pedaleando con su pie derecho para calmar la ansiedad; aunque en realidad se trata de un gesto adquirido por la costumbre. Galván, de repente, anticipa una puteada; comienza a transpirar sus manos y se le seca la graganta. Sin embargo, Dalma lo sorprende con una sonrisa complice:
_ Sí, Galván..._ musita Dalma_ Me gustó mucho...
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